¿Acierta Joaquín Leguina con el diagnóstico? [I]
“HISTORIA DE UN DESPROPÓSITO – Zapatero, el gran
organizador de derrotas”
Una vez más pude comprobar la
viveza intelectual de Joaquín Leguina. La muestra en su novedad editorial
(“HISTORIA DE UN DESPROPÓSITO – Zapatero, el gran organizador de derrotas” –
Ed. Planeta, febrero/2014), así como en todas las entrevistas en los medios de
comunicación. En una de ellas, la cuestión de moda que afecta a la Monarquía
española, la abordó en dos aproximaciones. Por un lado, dijo que la Monarquía
era un componente del edificio constitucional y, por tanto, la respetaba (una
crisis de un componente institucional afecta negativamente a la Nación). Y, por
otro, redondeó lo dicho añadiendo que para los nombramientos se fiaba más de
los genes que de algún Pepiño Blanco. También en la misma entrevista planteó la
pregunta que nos hacemos otros muchos ¿cómo pudo el PP carecer de conocimiento
de la gravísima situación económica transmitida por los gobiernos de Zapatero?
El libro se centra en la
etapa Zapatero, tal como nos revela su título. Tanto el Felipismo
como la etapa Aznar, son abordadas muy de pasada. Estamos ante un
conjunto de análisis referidos al corto plazo. El libro aborda lo que
explícitamente se propone.
No obstante, cabe señalar que
los males que afectan a España se enmarcan y ven afectados por fenómenos que,
tanto en el tiempo como en el espacio, desbordan el terreno delimitado por el
autor. Y que ello afecta a la precisión de los diagnósticos. Me intento explicar.
El diferencial de la crisis
española reside en la corrupción y su análisis exige la pregunta ¿cómo y en qué
momentos se generó ésta?. La etapa Zapatero es una culminación de toda una
serie de despropósitos y de corrupciones que tienen su origen aguas arriba en
el tiempo.
“La herencia recibida …
y aumentada”
En este apartado, Joaquín
Leguina centra el diagnóstico principalmente en dos elementos de lo que él
llama “metapolítica”: “aquellas ideas y prácticas que se refieren al
funcionamiento de la actividad política y no a los contenidos de las
políticas”. “Una parte relevante de lo que bien podría denominarse penosos
antecedentes del zapaterismo está constituida por los dos ítems (…): a) la
democracia interna y b) la obsesión por la imagen”.
En estos dos apartados
realiza un análisis certero y brillante. Cita el artículo 6 de la
Constitución española de 1978: <<Los partidos políticos expresan el
pluralismo político, concurren y manifiestan la voluntad popular y son
instrumento fundamental para la participación política”. Resulta inevitable a
estas alturas coincidir con el autor al señalar que se trata de competencias
muy amplias y que a cambio no se les señalan obligaciones, quedando todas ellas
en un párrafo genérico en ausencia de cualquier concreción: <<Su
estructura interna y su funcionamiento deberán ser democráticos>>. Y aquí
Leguina se ha salido ya de la “metapolítica”. Y es que el problema, aún
aceptando la existencia de “inercias perversas” de naturaleza “metapolítica”, durante los gobiernos de Felipe González
coinciden en la cárcel el jefe del banco emisor y el jefe de las fuerzas de
orden público por meter la mano en el cajón.
La corrupción constituye el
elemento diferencial más notorio de la crisis económica española. La corrupción
es una constante desde los tiempos de Felipe González. Y tomando
perversamente la mano del principio de subsidiariedad y de los enfoques
bottom up, alcanza Comunidades Autónomas
(incluidas aquellas que parecían presentar aspecto de decencia, como Asturias) y
se extiende densa e intensamente Ayuntamientos
(la institución más cercana al ciudadano y directamente implicada en políticas
de desarrollo local y de asistencia social). Y que la sobrexcitación del
sistema económico hacia la actividad constructora se ve multiplicado por la
presencia constante de la corrupción, desbordando con ello el marco de
cualquier análisis de tipo económico académico.
Clarividente, vaqueiro.
ResponderEliminar