lunes, 22 de mayo de 2017

DOS VÍAS DE SEDENTARIZACIÓN DE LOS VAQUEIROS: ‘CAMPESINIZACIÓN’ Y EMIGRACIÓN

DOS VÍAS DE SEDENTARIZACIÓN DE LOS VAQUEIROS:
‘CAMPESINIZACIÓN’ Y EMIGRACIÓN
[NOTA SOBRE EL MARCO HISTÓRICO]

Las grandes laderas húmedas de Asturias han venido guardando – y guardan aún hoy – una clave central para romper el bloqueo al desarrollo del mundo rural asturiano. En el centro de este bloqueo se halla el minifundio parcelado, solo apto para una racionalidad económica correspondiente a la sociedad señorial.
En 1808 la mayor parte de los bienes raíces no se podían vender, formando una masa ingente de “propiedad vinculada” [Mayorazgos, manos muertas y Ayuntamientos - Juan Pablo Fusi y Jordi Palafox: “España: El desafío de la modernidad (1808 – 1996)”]. La cuestión actual es: ¿Qué papel desempeñan esas extensiones de pastos potenciales en la economía asturiana? Y ¿qué papel podrían jugar? ¿No tiene que ver esto con la demografía?
Fusi y Palafox nos hablan de dos desafíos de la modernidad en España: la industrialización y la democracia parlamentaria. A ellos añadiría yo otros dos desafíos de actualidad. Uno, con el cual nos saldríamos del tema aquí esbozado: la modernización de las administraciones públicas conducente a la transparencia en el manejo de los asuntos del común. Otro, modernizar el mundo rural asturiano, si por modernización entendemos:
a)    el dominio de la racionalidad económica moderna (superando la contradicción existente entre escasez de superficie agroganadera –minifundio parcelado-  y exceso / abandono de grandes laderas húmedas) y
b)    la compatibilidad entre el sistema-economía, el sistema-naturaleza y el sistema-cultura.
El tránsito hacia la racionalidad económica moderna de la hacienda campesina asturiana (llamada también casería asturiana) se inició muy tardíamente y con enfoques y apoyos erróneos (o entre lo errático y lo  erróneo). Es a mediados de los años 60 del s. XX que comienza una auténtica carrera de incorporación al mercado de la hacienda campesina asturiana. Incorporación vía leche de vaca a los mercados de largo radio y a una auténtica economía monetaria (véase J. Feito: “La cuestión agraria asturiana – de la dictadura a la democracia” Historia General de Asturias, Silverio Cañada; y también “Medio siglo de ‘campo asturiano’” en www.feitofernandez.blogspot.com ). Tras la “Guerra de la leche” (1966) se crea el primer “grupo de colonización” de Central Lechera Asturiana (15 de mayo de 1967 - acaba de cumplirse el medio siglo).
Lo que vengo a llamar final del “ciclo asturiano de la leche de vaca”, iniciado mediado los sesenta del siglo XX, finaliza con ese mismo siglo. El número de caserías en funcionamiento se divide por 10. Disminuyendo también tanto el número de cabezas de vacuno como número de litros de leche producido.
La hacienda campesina asturiana o casería asturiana, exceptuando el período correspondiente al ciclo asturiano de la leche, se ha mostrado siempre inestable. Caracterizada hasta mediado el siglo pasado por la producción para el autoconsumo y por la venta de excedentes en mercados de cercanía (perviviendo aún el trueque con buhoneros que circulaban en mulos);  por albergar a la familia extensa y ser excedentaria en fuerza de trabajo, Es la emigración la salida persistente de Asturias, Y muy especialmente, la emigración rural.
De 1830 a 1900 la emigración asturiana a América ronda los 110.000. Durante el primer tercio del s. XX, embarcan para América 220.000 asturianos (principalmente para Cuba, Argentina y México). Y de 1950 a 1973 emigraron a Europa unos 50.000 asturianos, dos tercios de los cuales eran de procedencia rural. Estas cifras multiplican su significación si se relacionan con el volumen total de población asturiana (Véase F. Erice y F. Uria: “Historia básica de Asturias”, Silverio Cañada, 1990).
En este marco histórico, de retraso de la modernización del mundo rural asturiano, que se perpetúa hasta hoy con la quiebra del proceso iniciado a través de la monoproducción láctea mediados los sesenta del s. XX ¿ puede pensarse sensatamente que la principal vía de sedentarización de los vaqueiros haya sido la “campesinización”?  Habituados a viajar, a transitar entre espacios culturales y de mercado diferentes ¿se sedentarizarían en las brañas que conocemos? O más bien la sedentarización vía campesina ¿sería meramente residual?



domingo, 29 de enero de 2017

AL COMENZAR EL AÑO 2017 [3a/3]

El escenario-mundo o escenario global, ante el que estamos, aun siendo compartido y común,  no es, sin embargo, un escenario plano. Se trata de un escenario con diferentes niveles de generalidad. Dicho de otro modo, debemos dejar claro, en que casos estamos tratando fenómenos idiosincrásicos / específicos (conteniendo diferentes niveles de especificidad) y cuando lo hacemos con fenómenos universales (diferentes niveles de generalidad).

Imprescindible, por tanto, explicitar el grado de abstracción  en que nos situemos, por un lado y, por otro la especificidad de cada caso.

Anclarse en  lo sustantivo, muy especialmente si entramos el el campo de las políticas, eliminando adjetivos y adverbios de toda formulación, permite análisis mas nítidos. Cabe destacar, en este sentido y a modo de ilustración de lo dicho, las políticas contrarias a la eliminación de fronteras comerciales (Tratados de libre comercio), hace bien poco propugnadas por fuerzas políticas "de izquierdas" (usando la terminología tradicional), empiezan ya a ser aplicadas por Donald Trump representante de "la derecha" (usando la terminología tradicional), en lo que todo parece indicar un intercambio de posiciones entre "izquierda" (calificativo) y "derecha" (calificativo), perdiendo sentido los calificativos "izquierda" y "derecha". Lo sustantivo serian las dos posiciones contrarias en el comercio internacional: cerrar fronteras versus abrir fronteras.

lunes, 23 de enero de 2017

AL COMIENZO DEL AÑO 2017 (2/3)

AL COMIENZO DEL AÑO 2017 (2/3)

 SENDAS DE BÚSQUEDA

La  crisis económica (con diferencias entre países y regiones) parece haber superado su fase aguda, si nos atenemos a los indicadores usuales, tales como el crecimiento del PIB. No obstante, las políticas económicas continúan siendo de carácter iterativo, en ausencia de conceptos que permitan acceder a los análisis y diagnósticos adecuados para su elaboración.

En este sentido, eminentemente pragmático, todo parece indicar que el mantenimiento de las políticas de bienestar social, generalizadas en la Europa democrática, con independencia del signo político de sus gobiernos, exige tomar en cuenta la financiación de las mismas (exacciones fiscales) y los efectos de esta financiación sobre la aceleración / desaceleración de la actividad económica, lo que, a su vez, realimenta la facilidad / dificultad para la financiación de los servicios públicos.

Decir lo que precede, equivale a haber detectado, el carácter sistémico de la economía, no resultando redundante decir, el carácter sistémico del sistema económico. Y ésto es así,  porque el término sistema resulta polisémico. Y a pesar de su vecindad, los términos sistémico y sistemático tienen contenido semántico alejado. Para acercarnos un poco mas a realidad, deberíamos precisar que el sistema económico es intrasistémico e íntersistémico, es decir, es sistémico internamente y sistémico externamente (con referencia a los sistemas natural, cultural y jurídicopolítico).

En fin, intentando encontrar, no el final, sino el inicio de sendas de búsqueda, lo que antaño llamaban algunos formación económico/social, seria un sistema de sistemas >sistema natural, sistema cultural, sistema económico, sistema jurídico político.

Surge de esta guisa  una causalidad sistémica, que se añade a  la causalidad lineal (típica de la Física de Newton), a la causalidad estadística (que vence a la incertidumbre). La constatación de efectos no deseados y de efectos perversos en diferentes campos (pensamos en Hirschman, pero también en el llamado fuego amigo). Más allá , nos topamos con la experiencia de la no detección de causa ex ante, es decir, nos topamos con la indeterminación.

martes, 10 de enero de 2017

AL COMENZAR EL AÑO 2017 [1/3]

Hay asuntos que inevitablemente deben estar presentes en una reflexión comprensiva de la situación y los factores intervinientes en las tendencias que marcan el siglo XXI.

¿Hemos comprendido el siglo XX?

Ante las complejidades que presenta la economía, la sociedad y la política a comienzos del s.  XXI, algunos aducen (citando a Zygmut Bauman, fallecido cuando escribía este texto) que estamos ante una «sociedad líquida» y ante una «cultura líquida», trasladando, mediante este aserto, a los objetos de conocimiento la causa de su  no inteligibilidad o las dificultades surgidas para acceder a esa inteligibilidad. Tal parece que con ello se quiere
 indicar que la realidad se ha hecho inaprehensible. Surge de manera fulminante la cuestión: ¿Y hemos comprendido el s. XX, en su presente, dado que no era «liquido»?

El s. XX transcurre realmente entre 1914 (Primera Guerra Mundial - Revolución Soviética) y 1989 (caída del Muro de Berlin). Su ininicio, a la par que marcado por la Revolución Soviética, lo fue también por la extendida convicción de que el comportamiento de sistema económico obedecía a leyes similares a las que rigen en la Física de Newton. En este contexto, la gestión de la economía mediante un plan central e imperativo, adquirió plena carta de naturaleza.

Tras la crisis de 1929, extendida por todo el mundo, parecen confirmados los ciclos traumáticos en las economías de mercado.   Bertold Brecht lo explica en «Die heilige Johanna der Schlachthöfe » («La santa Juana de los mataderos»).

Llega el hundimiento de la República de Weimer, el desempleo masivo y la subida de Hitler al poder en Alemania. Y la Segunda Guerra Mundial. El triunfo de los aliados. El Ejército Rojo llega hasta  Berlin.

El nuevo sistema de economía planificada centralmente colapsa definitivamente con la caída del muro de Berlin en 1989 y la disolución de la URSS. Es el colapso del «socialismo real». O manifestación en superficie de ese colapso, registrado hacía ya bastantes años.

  ¿Y porqué no se adoptaron en estos países medidas correctoras de política económica? La falta de libertad lo impidió. Entre otros datos, las intervenciones militares en Hungría, Polonia y Checoslovaquia permiten constatarlo.

 Que el "comunismo" soviético no era ni viable ni deseable ya lo sabíamos algunos en la etapa 1966-1968. Permaneció la esperanza de un socialismo democrático hasta 1981, cuando culmina un periodo de tensiones internas en dos de los partidos abanderados del socialismo en libertad (PCE y PCI).

Algunas referencias necesarias.

 En 1936, Keynes publica «Teoria general de la  ocupación, el interés y el dinero». Y defiende la intervención en las economías de mercado.

Hayek, que publica en 1944 «Camino de servidumbre» defiende que la economía ia planificada centralmente conduce a la tirania, tanto fascista / nacional socialista como el socialismo comunista.

Keynes contraargumenta diciendo que el nacionalsocialismo llega a Alemania por el fracaso del capitalismo originando un volumen de desempleo no soportable.

Finaliza el s. XX  con el fracaso del mercado, del plan central y de la economía de mercado intervenida. Es decir sin comprender el funcionamiento del sistema económico(y mucho menos superar las crisis, los ciclos económicos).

Joseph Alois Schumpeter defiende la  naturaleza tecnológica de los ciclos largos (ciclos de Kondratiev). Pero Shumpeter parece quedarse en el análisis, sin conclusiones propositivas, de política económica.

Además de en su vertiente de comprensión y gestión de la economía, finaliza el s. XX sin mostrar capacidad para comprender y predecir importantes fenómenos sociales,  culturales y políticos.  Asi la importante interceptación de las áreas más desarrolladas por parte otras mucho más atrasadas. Asi lo muestra las corrientes migratorias y su culminación en un éxodo masivo 
hacia Europa.

Concluimos pues el s. XX sin haberlo  comprendido, a pesar de no tratarse de un siglo «líquido».

miércoles, 4 de enero de 2017

GIL PARRONDO: DOS ESCENARIOS

GIL PARRONDO: DOS ESCENARIOS

Al dar a la tierra sus cenizas en el cementerio de Luarca,  nos cupo el placer de contemplar, otra vez, las maravillas de ese «cimetière marin», el escenario final elegido por Gil Parrondo.

El cementerio de Luarca (donde tambien está  Severo Ochoa) compite en belleza con el de Sète, en el que se inspira y donde reposa Paul Valéry, el autor del famoso libro de poemas «Le cimètiere marin» [«El cementerio marino»], que empieza así:

« Ce toit tranquille, oú marchent des colombes,
Entre les pins palpite, entre les tombes;
Midi le juste y compose des feux
La mer, la mer, toujour recommancée
O récompense après une pensée
Qu'un long regard sur le calme des dieux!»

[Calmo techo surcado de palomas,
Palpita entre los pinos y las tumbas;
Mediodia puntual arma sus fuegos
¡ El mar, el mar siempre recomenzado!
¡ Qué regalo después de un pensamiento
Ver moroso la calma de los dioses!»]

Cuenta el mismo Gil Parrondo, según resulta  conocimiento común, que cuando un taxista asturiano le preguntaba en Madrid, «de qué parte de Asturias es usted», él respondía «vengo a ser de la parte de Luarca». Y no mentía; si, efectivamente, era de Luarca. Pero era mucho más de Trevias. Más aún de Cortina. Y más y más de L.lendelabarca. Pero, muchísimo más, era Gil Parrondo de la braña de Argumoso (Valdés), de donde procedía su primer apellido.
Y es que para Gil Parrondo, tal parece dicho por él de algún modo, Asturias era un escenario verde, lleno de montañas, con villas y ciudades en los escasos espacios precariamente llanos, pero donde la mayoría de la gente vivía en casitas esparcidas por las montañas en aldeas y brañas.