sábado, 5 de mayo de 2018

¿DEJA MARX DE SER MARXISTA?


¿DEJA MARX DE SER MARXISTA?
[Transitando por mis memorias – fragmento – ]
De mis memorias.-
 “Feito, sigues siendo marxista?” me preguntaba mi amigo Xuan Bello en una entrevista televisiva (TPA “Clave de Fondo” de 05/11/2013). Los que no damos “saltos” en nuestra evolución, sino que respetamos, cuando menos, los “cuarenta días a pan y agua”, somos de la idea de que pensar duele; especialmente si se persigue la coherencia; y muy especialmente si se pretende ser coherente. Xuan Bello con su pregunta alborotó mi larga búsqueda, mi larga travesía por el desierto, afrontando principalmente enemistades y persecuciones. Las respuestas parciales que he ido encontrando no figuran formuladas por escrito. Sin agotarlas y, muchos menos, sin pretender repasar todo el pensamiento de Marx, voy a celebrar el 200 cumpleaños de Marx con algunas notas (además de con una visita a su ciudad natal – Trier, Tréveris en Español).
Mi primer contacto con Marx – sin exceptuamos el relato de mi padre sobre las crisis cíclicas del capitalismo, mientras hacíamos “pozas” para plantar pinos en La Esquita, allá por el año 1956 –  fue a través del Manual de Economía Política (Nikitin) y del Manual de Marxismo – Leninismo, ambos editados por la Academia de Ciencias de la URSS, al comienzo de los sesenta y viviendo ya en Oviedo (después de La Habana y de Lavio). Si debo añadir que en la Biblioteca Pública de la Diputación de Oviedo (y aquí hay que hacer un alto para rendir homenaje a su Director, Don Lorenzo Castellano – pero eso es cosa de otro capítulo – ) había leído “La Santa Juana de los mataderos” de Bertoldt Brecht, en la que se relataba la crisis de superproducción capitalista; en aquellos tiempos accedíamos a Marx vía literatura; así, leyendo a Pablo Neruda, a Miguel Hernández, …
El nivel de conocimiento en aquel entonces era muy primario y primitivo por aquí, y continuó siéndolo mucho más tarde, como tuve ocasión de constatar. Era y es un marxismo de Vulgata o, parafraseando a Marx, marxismo vulgar (Marx hablaba de materialismo vulgar)  cuyos esquemas están enfocados a la acción política militante, es decir, como mero instrumento de adoctrinamiento para la acción. Era, por tanto, los Manuales de Marxismo – Leninismo, recurriendo a textos originales como “El Manifiesto Comunista” y como las “Tesis sobre Fuerbach”, para los más doctos y cuya finalidad consistía en absolutizar la acción política como vía de conocimiento.
Resumiendo, para evitar la deriva hacia un relato excesivamente concreto, el panorama con relación al conocimiento de las ideas de Marx y Engels (extensible, por supuesto a Lenin) era auténticamente desolador (“elend”), tanto en el PCE como en los grupos y personas que vivaqueaban u hormigueaban en su entorno. No creía yo, aún a finales de los años 60 del pasado siglo, que en España no fuera conocido el marxismo de manera significativa; por eso me disgusté cuando el padre de una amiga, miembro de la dirección del SED y ex prisionero de campo de concentración, me dijo “en España no hay marxistas”.
Mis contactos más serios con el Marxismo tuvieron lugar en la Escuela Superior de Economía de Berlín - Karlhorst (1968 – 1970) y en la Universidad de Vincennes (Paris, 1970 – 1971). En ambas estudié la Economía en los periodos de transición entre sistemas económicos, es decir los aspectos de la realidad menos encajables en esquemas o dogmas. En la primera, estudié El Capital, especialmente en lo referido a la mercancía. Y en el segundo caso, primó una exégesis de las ideas de Marx. Y es aquí donde aprendí que Marx no había definido el concepto de clase social y que lo aplicaba con significados diferentes.
Aún durante el curso 68-69 tanto en las lecciones magistrales (Vorlesungen)  como en los seminarios, el debate (combate ideológico) no se planteaba entre Plan Central y Mercado, sino que a ambos (Plan Central y Mercado) se estudiaban como mecarismos reguladores del sistema económico. El debate se establecía entre Plan Imperativo y Plan Indicativo; admitiendo la compatibilidad entre Plan y Mercado como mecanismos reguladores.
Todo cambió ya en el curso 69-70, después de haberse consolidado la intervención militar en Praga. El ambiente se notaba tenso, precavido … Fue en ese contexto que en el PCE de Berlin oriental se llevó a cabo una reunión con asistencia de Santiago Carrillo. Y fue ahí donde Carrillo me citó para hablar en el hotel Del Comité Central y donde me dijo, “yo sé que hay micrófonos; yo voy a hablar libremente, te lo digo para que tu estés informado”.
Mi último contacto serio con el marxismo tuvo lugar en la Université de Vincennes (Paris), durante el curso 1970-71. Allí asistí a un seminario sobre la economía política de los periodos de transición entre sistemas económicos. En el mismo se llevó una exégesis que puedo calificar de completa de las ideas de Marx y Lenin.
De mis memorias conceptuales.-
Marx es muchos Marx. Marx tiene diferentes momentos cronológicos y diferentes momentos conceptuales. Esquemáticamente, hay el momento conceptual de la acción y el momento conceptual de la reflexión; el momento de la política y el momento del conocimiento. El momento de las Tesis sobre Feuerbach y del Manifiesto y el momento de la Introducción a la crítica de la economía política (Zur Kritik der Politischen Ökonomie), al final de cuyo prólogo, Marx dice:
“Bei dem Eingang in die Wissenschaft aber, wie beim Eingang in die Hölle, muss die Forderung gestellt  werden:
Qui si convien lasciare ogni sospetto
Ogni viltà convien che qui sia morta”

Escrito por Marx en Londres, en mayo de 1859. Y su traducción es: “A la entrada en la ciencia, como a la entrada en el infierno, debe establecerse la exigencia: ‘Aquí es conveniente dejar recelos / Aquí conviene que muera toda vileza’ “

Los conceptos elaborados por Marx y más relacionados con el conocimiento, son los que muestran una mayor pervivencia. Solo con algunas revisiones adquieren plena operatividad en el presente.
Solo voy a referirme a dos de estos conceptos:
Uno] Wechselbeziehungen  /  Wechselverhältnisse  y
 Dos] Produktionsweise.

Wechselbeziehungen / Wechselverhältnisse , que yo traducía como relaciones de ida y vuelta y que creo que fue traducido como relaciones orgánicas por Wenceslao Roces. Hoy día la traducción revisada sería la de relaciones sistémicas.
Produktionsweise , siempre traducido como Modo de producción. Este concepto (abstracto, en consecuencia) [según Marx, lo concreto se compone de muchas abstracciones] resulta de gran operatividad para analizar y situar diferentes sociedades en diferentes momentos de la historia. Ha sido interpretado de manera perversa por las diferentes vulgatas para activistas.
Asi, se había establecido una secuencia obligatoria, esquemática y rígida de la historia de la humanidad, que transcurriría como sigue: esclavismo à feudalismo à capitalismo à socialismo à comunismo.  Más tarde y quizás como consecuencia de las rebeliones de los años sesenta del s. XX (especialmente de 1968), se empezó a hablar de modo de producción asiático y se puso seriamente en duda la naturaleza de las sociedades del socialismo real (o realmente existente), es decir de sociedades situadas tras el telón de acero.
A lo largo de los últimos meses me he ocupado con la relación existente en Asturias entre los siglos X y XVI entre lo que se conoce como régimen señorial y territorio baldío, a propósito de situar el grupo humano vaqueiro y su dinámica migratoria. Creo que el reconceptualizar el señorío como modo de producción señorial contrapuesto al modo de producción primitivo, que podría formularse de manera más explícita: modo de producción / apropiación señorial versus modo de producción / apropiación primitivo. Manteniéndonos dentro de los conceptos marxianos, pues producción equivale a apropiación (proceso)  y propiedad es apropiación (proceso).

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