miércoles, 4 de enero de 2017

GIL PARRONDO: DOS ESCENARIOS

GIL PARRONDO: DOS ESCENARIOS

Al dar a la tierra sus cenizas en el cementerio de Luarca,  nos cupo el placer de contemplar, otra vez, las maravillas de ese «cimetière marin», el escenario final elegido por Gil Parrondo.

El cementerio de Luarca (donde tambien está  Severo Ochoa) compite en belleza con el de Sète, en el que se inspira y donde reposa Paul Valéry, el autor del famoso libro de poemas «Le cimètiere marin» [«El cementerio marino»], que empieza así:

« Ce toit tranquille, oú marchent des colombes,
Entre les pins palpite, entre les tombes;
Midi le juste y compose des feux
La mer, la mer, toujour recommancée
O récompense après une pensée
Qu'un long regard sur le calme des dieux!»

[Calmo techo surcado de palomas,
Palpita entre los pinos y las tumbas;
Mediodia puntual arma sus fuegos
¡ El mar, el mar siempre recomenzado!
¡ Qué regalo después de un pensamiento
Ver moroso la calma de los dioses!»]

Cuenta el mismo Gil Parrondo, según resulta  conocimiento común, que cuando un taxista asturiano le preguntaba en Madrid, «de qué parte de Asturias es usted», él respondía «vengo a ser de la parte de Luarca». Y no mentía; si, efectivamente, era de Luarca. Pero era mucho más de Trevias. Más aún de Cortina. Y más y más de L.lendelabarca. Pero, muchísimo más, era Gil Parrondo de la braña de Argumoso (Valdés), de donde procedía su primer apellido.
Y es que para Gil Parrondo, tal parece dicho por él de algún modo, Asturias era un escenario verde, lleno de montañas, con villas y ciudades en los escasos espacios precariamente llanos, pero donde la mayoría de la gente vivía en casitas esparcidas por las montañas en aldeas y brañas.