LA
LECHE DE VACA - ENTRE EL MERCADO Y LA CONTINGENTACIÓN [2]
ADEMÁS de la estructura básica de las explotaciones
ganaderas asturianas de leche (base forrajera y parcelación) intervienen otros
factores en las opciones estratégicas del ganadero.
En primer lugar, está la inercia, la rutina. Hay una
preferencia por lo conocido, por lo ya experimentado. Ello es muestra de
prudencia, muy útil en cualquier gestión y que deja de serlo cuando se está
inmerso en momentos de cambio e innovación. Pero este factor no debe ser
exagerado, pues la historia ganadera de los últimos 50 años muestra que el
ganadero actúa racionalmente, orientando su producción hacia donde obtiene la
mayor rentabilidad.
En segundo lugar (aunque creo que el primero por su
peso), tienen una enorme influencia las políticas que practica la
administración regional, así como su difusión, en la formación de las
expectativas del ganadero. En un mercado fuertemente intervenido (y
psicológicamente hegemonizado por la política)
atraen más los discursos de los políticos (discursos públicos y
discursos privados, directos y transmitidos por los técnicos a sus órdenes) que
los datos y los análisis económicos.
En tercer lugar, la cooperación entre ganaderos de
leche en sus diferentes fases (la compra de insumos, la producción, la venta a
granel, la transformación y la comercialización).
En cuarto lugar, la producción diferenciada de
leche, tanto por los procedimientos aplicados como por su vinculación a un área
territorial determinada. Como bien expone José Alba: si el pequeño produce
leche de la misma manera que el gran ganadero, percibirá, en el mejor de los
casos, igual precio; restando solo como única diferencia los costes unitarios
medios del pequeño, es decir, los costes unitarios más altos.
Al mencionar estos dos últimos factores, resulta
obligado referirse a Central Lechera Asturiana, su adecuación / inadecuación a
las necesidades regionales y su evolución a lo largo de los años - tema sobre
el que habrá que volver en otro momento-.
En quinto y último lugar (y decimos en último lugar
por su relativamente pequeña influencia en la solución del problema global,
dado que su peso potencial tiene un techo muy reducido) estaría la
comercialización directa de leche de vaca natural (“leche certificada”).
Y, finalmente, no se puede ignorar la estructura de la
comercialización, acompañada de sus márgenes en los productos
agrarios. Este problema debe ser objeto de las políticas de los Gobiernos tanto
aquellas de ejecución directa, como las practicadas por los organismos de
vigilancia y control de los mercados (que son diseñadas, puestas en marcha y
renovadas por los gobiernos)