jueves, 16 de abril de 2015

LOS JUDÍOS Y EL HUMOR
<<LOS ATEOS NO TIENEN DÍAS FESTIVOS>>

Así titula el semanario alemán “Die Zeit” de fecha 5 de marzo de 2015 (anticipándose) un extracto del libro de Josef Joffe aparecido el 9 de marzo y cuyo título en traducción literal es: “NO TE HAGAS TAN PEQUEÑO, NO ERES TAN GRANDE . El humor judío como sabiduría, chiste y arma”[1] (en traducción libre: “No seas tan modesto, tampoco vales tanto. ….”).

Del referido extracto, entresacamos algunos fragmentos en traducción propia del alemán.

En una aldea judía rusa (‘Schtetl’), el consejo de la comunidad acuerda pagar a un judío pobre un rublo a la semana para que día tras día se siente a la entrada del lugar con el fin de que sea el primero en saludar al mesías. Al preguntársele por que él trabaja por un salario de miseria, responde con desparpajo: ‘El trabajo está verdaderamente mal pagado. ¡Pero posee una hermosa perspectiva a largo plazo!’.
Una leyenda talmúdica presagia que el mesías vendrá en aquel día en el que la humanidad en su conjunto (unánimemente) sea buena o sea mala. La probabilidad estadística si tomamos siete mil millones de seres humanos resulta mínima. En definitiva bastaría con garantizar que un solo ser humano fuera pecador o fuera virtuoso, para impedir la llegada del mesías.”
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“La Torá  no es ninguna historia chistosa. Ella nos relata expulsión (del paraíso), hundimiento del mundo (diluvio), esclavitud (Egipto), huída a pie de la muerte colectiva (por el ejército del faraón), […] el rechazo de dios (por bailar alrededor del becerro de oro), castigo (caminar durante cuarenta años, extraviados, por el desierto). ‘Humor es si uno ríe, a pesar de todo ello’. Esta palabra es la mejor descripción corta del chiste judío, como medicina del alma, teniendo en cuenta el peligro duradero que ha acompañado la existencia del pueblo judío desde Abraham.
El judaísmo no es en principio una religión de creencia (de credo), sino una religión de de ley (de norma). No conoce un catecismo como el cristianismo. Incluso la creencia en un dios uno y único, el Schma Jisrael (‘escucha Israel’), no es tal. ‘Escucha Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor es único’ – el vocablo operativo no es ‘Yo creo’. Es decir: deja que te digan, decidir debes hacerlo tú mismo. Tal como Adán y Eva, que decidieron libremente comer del árbol, del conocimiento, aunque estaba prohibido. Aquí encontramos los judíos el libre albedrío”.
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“Un judío no creyente reza en la sinagoga y llora. ‘¿Qué lloras tú, si no crees absolutamente en Dios?’, le pregunta un vecino de banco. El ateo responde: ‘Hay dos posibilidades. O bien estoy yo equivocado y Dios existe, a pesar de todo. En ese caso tendríamos todo el fundamento, en este triste mundo, para lamentarnos ante él: ¿Qué has armado aquí?  Pero si no existe, entonces tendríamos todo el derecho para llorar y lamentarnos.’”





[1] Josef Joffe: “Macht dich nicht so klein, du bist nichcht so gross – Der jüdische Humor als Weiheit, Witz und Waffe“. Siedler Verlag.