domingo, 23 de marzo de 2014

ADOLFO SUÁREZ, EN LA MEMORIA DE LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA A LA DEMOCRACIA

ADOLFO SUÁREZ,
EN LA MEMORIA DE LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA A LA DEMOCRACIA

Suárez supo situarse en la línea de fuerza de la transición española a la democracia. Supo situarse y formó parte de la cabeza tractora del proceso hacia la democracia en España. Sin sangre, a pesar del empecinamiento de unos y otros. Sorteando una crisis económica gravísima (con tasa de inflación y paro tercermundistas). No, no todos apostaron por esa línea que se reveló como la línea de fuerza histórica y positiva. No, no todos fueron sus continuadores. No, hubo tareas históricas posteriores que quedaron y quedan aún, sin abordar.

Quedó sin abordar un empuje decisivo en la modernización de España, cuyo principal renglón era dotar a este país de un sistema de mecanismos de control que fuese disuasorio ante cualquier intento de de corrupción. Mecanismos de control que diesen transparencia a la gestión de los asuntos del común. Que generasen confianza. Que fomentase el espíritu ciudadano.

Y, rehuyendo ese deber, lo sustituyeron y lo sustituyen por populismos demagógicos. En lugar de fortalecer la sociedad civil, el espíritu ciudadano, resucitan la división civil.


Quedó y queda sin abordar la transparencia en la gestión pública y la transparencia en la gestión de los partidos políticos. Transparencia indispensable para alcanzar una democracia, una sociedad y un sistema económico fuerte, avanzada y estable. Una España fuerte, avanzada y estable. Dicho sea todo ello en honor al mejor presidente de gobierno que tuvo España en la actual democracia.