“EL DILEMA DE ESPAÑA” [I]
[Entre Venezuela y Dinamarca
– algunas acotaciones a Luis Garicano –]
Leo la entrevista de Luis
Garicano en El Mundo (17/01/2014) y compro a continuación su
libro (en la nueva Librería Santa Teresa – ya lo tenían el mismo
día). Aún no lo leí entero de forma ordenada, solo “a saltos”. No obstante
obedezco al imparable impulso de iniciar ya algún comentario sobre el mismo. Me
pareció un libro muy pertinente, muy necesario y que recomiendo a todo el
mundo.
Y, para situar al autor, comienzo
reproduciendo un fragmento de texto muy significativo, situado en la página
177:
Nací en Valladolid en
el año 1967. Mi generación llegó a la madurez convencida de que España se había
convertido en un país normal. Pasados los temores a conflictos armados y a
dictaduras, primero la Constitución de 1978, luego la entrada en la OTAN y por
fin la ansiada entrada en la Unión Europea anclaban definitivamente a España en
una Europa de cuya historia se había ido separando poco a poco.”
En este fragmento, además de
enmarcar el contenido de su libro, Garicano muestra su sensibilidad
hacia la imagen fiel, hacia la transparencia (al
explicitar aspectos de percepción, haciendo, así, aislables los sesgos en que pudiera incurrir).
Y prosigue:
(…)”Desgraciadamente,
en los últimos cinco años hemos presenciado la destrucción de ese país
imaginado. La imagen que teníamos de España era errónea, ahora lo sabemos, pero
era aquella con la que mi generación había crecido”
Otros sin embargo, entre los
cuales me incluyo, ya nos habíamos dado cuenta mucho antes. Ya observábamos a
lo largo de los ochenta, la manera en que se abordaba la reestructuración
industrial asturiana, la manera en que se pretendía promocionar el desarrollo
económico de esta región, los primeros fenómenos de mangoneo y clientelismo. Se
veían en la Caja de Ahorros de Asturias y en algunas dependencias del Gobierno
Regional [a]. Mucho más tarde, ya al comienzo de los noventa se dan una serie
densa de corruptelas y corrupciones (este era el país donde uno podía hacer
rico más rápido y fácilmente, como diría con similares palabras un ministro de
economía en activo a la sazón). Y ya pudimos ver, durante el último gobierno de
Felipe González, una imagen de gran fuerza expresiva: la coincidencia
simultánea en la cárcel el jefe del banco emisor y el jefe de las fuerzas de
orden público.
Si todo hubiera
funcionado como los españoles deseábamos, la entrada de España en el euro
habría supuesto la culminación del proceso de modernización que comenzó el 6 de
diciembre de 1978 con la aprobación en referéndum de una nueva Constitución
democrática. Desgraciadamente, la entrada en el euro, que llevó a la
eliminación del riesgo cambiario, junto con el ‘boom’ financiero mundial, supusieron una relajación
brutal de las restricciones presupuestarias de las familias, de las empresas y
de los Gobiernos (pág. 15)
Los factores señalados por Luis
Garicano se encuentran perfectamente identificados y coincidimos en los
mismos. Pero hay más factores y de peso muy relevante. En mi opinión el proceso
de modernización se vio abortado de manera muy temprana, si incluimos en la
modernización algunos conceptos weberianos y otros emparentados con ellos. El
tránsito de una dictadura a una democracia para que sea realmente tal, debe
comportar el diseño, instalación y mantenimiento de mecanismos de control /
vigilancia (procedimientos) en el sistema económico y en el sistema jurídico –
político, con importantes repercusiones en el sistema – cultura (sistema de
valores, reglas de juego no positivazas; o dicho con mayor esquematismo: moral
ciudadana). Los partidos políticos, los sindicatos, los gobiernos, las empresas
y los individuos se movieron en ausencia de procedimientos adecuados.
Dice Garicano (pág.
16) Desgraciadamente, la secuencia de escándalos de corrupción que ha
sufrido España en los últimos años muestra con claridad el envilecimiento del
que han sido víctimas las instituciones como consecuencia de la burbuja
inmobiliaria. Claro está que la burbuja inmobiliaria hizo muy visibles
en superficie de fenómenos de corrupción preexistente y cuya causa central es,
en mi opinión, la ausencia de mecanismos de control / vigilancia idóneos y en
estado de funcionamiento idóneo.