viernes, 6 de diciembre de 2013

EN LA MUERTE DE MANDELA

EN LA MUERTE DE MANDELA
[5 de diciembre de 2013, víspera del Día de La Constitución]
En la muerte de Mandela los medios de comunicación nos inundan con la noticia y con discursos de diverso signo y de diversa profundidad y alcance.
Tres ideas quiero retener, entre tantas:
 Una, fue un ejemplo de luchador en condiciones muy duras, muy difíciles y muy prolongadas. Desde abajo, contra un régimen potentemente instalado.
 Segunda, era una buena persona y un gran estadista. De esos que saben ver muchos metros por delante de los otros. De esos que quieren y, porque quieren saben, saben hacer proyecciones de futuro más allá del corto plazo.
Tercera, supo refundar una nación. No pregonó la venganza. Formuló y ejerció la reconciliación nacional. Supo ser coherentemente y consecuentemente antirracista.
Con mi emoción, mis recuerdos alcanzan a aquella gran fiesta de los estudiantes surafricanos (1969 ó 1970?, no recuerdo bien, en Berlin – Karlhorst). Siempre me sentí (y me sentiré) orgulloso de ser uno de los dos blancos presentes. Cómo tocaban el piano! Cómo tocaban el saxofón! Y cómo bailaban! [Estaba allí también mi amigo congoleño (el economista Mario Tschavo Mukuna, no hace mucho fallecido en Köln), que había logrado huir en los momentos en que asesinaban a Patrice Lumumba].