(A propósito
de las elecciones al Bundestag
del 22/septiembre/2013)
¿CONSERVADORES
VERSUS
SOCIALDEMÓCRATAS EN LA UNIÓN EUROPEA?
Los conservadores alemanes
(Unión Cristiano Demócrata – CDU – más
Unión Social Cristiana – CSU – ) han
ganado las elecciones al Bundestag
celebradas el pasado 22 de septiembre. Subieron del 33,8 % al 41,6 %
de los votos (311 diputados), quedando a cinco escaños de la mayoría
absoluta (316 escaños).
El Parido Socialdemócrata
de Alemania (SPD)
obtuvo el 25,7 % de los votos (192 diputados), lo que supone una
ligera subida (3 puntos porcentuales contra los 8 que subió la CDU
– CSU).
Dos son las opciones
contemplables:
1. Que Gobierne Merkel en
solitario.
2. Que se vaya a “la
gran coalición” CDU/CSU – SPD. No se
ignora que la suma de escaños del SPD,
Die Linke (La Izquierda,
bajaron 3 puntos y 12 escaños)
y Los Verdes
(bajan 2,3 puntos y 5 escaños) harían mayoría absoluta, pero
Alemania no es Andalucía (donde la política ha sido convertida en una sumatoria
cromática: rojo rosa+rojo clavel+verde limón+ … → marrón). Un
portavoz del SPD ya dijo que Die Linke
no reúne condiciones para gobernar en Alemania. No obstante, la
prudente señora Merkel no querrá tentar al diablo, dejando
“sueltos” a estos tres partidos.
La segunda opción, es
decir, “la gran coalición” CDU/CSU – SPD,
es la más probable.
En la Unión Europea las
diferencias entre conservadores y socialdemócratas son mínimas.
Mínimas en la política económica y mínimas en la política
social.
En política económica,
ambos partidos defienden el funcionamiento del sistema económico a
través del mercado. Y ambos defienden la existencia de mecanismos de
control que prevean ciertas ineficiencias, así como la corrupción.
En política social, ambos
defienden la protección que brinda la seguridad social en el sentido
amplio de la expresión.
¿Y en España? ¿Por qué
tanta lejanía y tanto enfrentamiento? Dos explicaciones aparecen
plausibles.
1. El PSOE ha aplicado una
política económica con fuertes desviaciones del keynesianismo hacia
el peronismo,
incurriendo en gastos públicos ineficaces, ineficientes y no
financiables. Al mismo tiempo, descuidó los mecanismos de control.
La combinación de ambos aspectos es el terreno mejor abonado para
alcanzar altas cotas de corrupción.
2. El PP aplica una
política esquemática de ahorro contable, sin establecer criterios
de gradación discriminada en las medidas de austeridad, lo que
afecta negativamente tanto al fomento de la actividad económica (por
tanto, del empleo) como a la protección social.
Habermas decía hace poco
(El Mundo, 21/septiembre/2013) que “desde dentro del capitalismo
está surgiendo un nuevos orden que requiere todavía una
materialización política”, en lo que podríamos coincidir. Pero
atribuye al candidato socialdemócrata “una mayor visión de
futuro”, cosa en la que no coincidimos. La socialdemocracia
alemana, que tanto contribuyó al triunfo de la socialdemocracia
española, debería haberle puesto como condición a ésta el
establecimiento de mecanismos de control idóneos para evitar
corrupciones e ineficiencias.