lunes, 2 de septiembre de 2013

LA MEMORIA DEMOCRÁTICA - a propósito de unas opiniones de Gerardo Iglesias

LA MEMORIA DEMOCRÁTICA - a propósito de unas opiniones de Gerardo Iglesias

LA MEMORIA DEMOCRÁTICA

Después de 20 años de silencio y de haber abandonado tanto el PCE como Izquierda Unida, Gerardo Iglesias nos sorprende. Nos sorprende agradablemente en una entrevista en la prensa regional del día 30 de agosto de 2013. Retenemos dos de sus ideas por considerarlas positivas.

“Recuperación de la memoria democrática”, en lugar de “memoria histórica”. Una formulación cautelosa y fina, pero que yo interpreto con alcance de profundidad. Se nos ha hablado durante no menos de seis años, de manera machacona, insistente, con una neo-expresión: “memoria histórica”. La “memoria histórica” formó parte de un coro de expresiones sincréticas y pretendidamente novedosas, pero que, como diría Gustavo Bueno, son palabras carentes de concepto. Se pretende ser innovador e ingenioso mediante sincretismos, carentes de suficiente fundamento, pero no carentes de intención y de eficacia en la consecución de la misma. Decía El Estudiante en el Fausto de Goethe: “Sin embargo, toda palabra debe contener siempre una idea”. A lo que Mefistófeles contestaba: “… cuando faltan ideas hay palabras que pueden sustituirlas; con ellas puede discutirse enérgicamente, y hasta puede erigirse un sistema. Como son palabras tan fácilmente creídas, no se borraría de ellas ni una coma”.

“Recuperación de la memoria democrática”, en lugar de “memoria histórica”. La expresión “memoria histórica” pretendía pasar por encima de la memoria de la lucha contra la dictadura de Franco y de la transición, para centrar toda la atención en la Guerra Civil. Lo que combina muy bien con la ausencia del PSOE en ese largo periodo.

“¿Cómo se puede explicar el grado de descomposición del sistema político y sobre todo el grado de corrupción en este país? Hay corrupción en muchos países, pero con el grado que alcanza aquí, no”.
Cuestiones oportunas, necesarias y con las cuales coincido. Gerardo Iglesias responde a ellas de manera no cerrada diciendo: “Para mí, eso tiene mucho que ver con la forma en que se ha hecho la transición. Han permanecido los mismos hábitos, las mismas personas al frente de las mismas instituciones, de los aparatos del Estado” (…) “El olvido nos ha traído donde estamos. La impunidad nos ha traído hasta aquí. Un país donde los partidos políticos gozan de un descrédito monumental, una desafección hacia la política y los políticos, una corrupción generalizada en la mayoría de las instituciones … ¿Cómo se explica si no todo esto?”

Dejando resaltado todo lo anterior, yo le plantearía a Gerardo Iglesias, algunas cuestiones que para mí resulta forzoso contestar:

1. ¿Qué lugar ocupa la transparencia en el manejo de los asuntos públicos?
2. ¿Cómo se garantizaría dicha transparencia? ¿Sólo con la honestidad de los políticos? A modo de ejemplo ¿cómo se garantizaría la transparencia en la asignación de subvenciones del SAYPE, de la SRP, de los L.E.A.D.E.R.  o de otros fondos públicos, muchos de ellos con cofinanciación europea?
3. ¿Qué aportaciones ha hecho la llamada tradicionalmente izquierda a dicha transparencia?

4. ¿Es lícito pactar con los corruptos?