miércoles, 25 de septiembre de 2013

¿CONSERVADORES VS. SOCIALDEMÓCRATAS EN LA UNIÓN EUROPEA? A propósito de las elecciones al Bundestag

Unas reflexiones de circunstancias escritas el lunes, 23 de septiembre en Luarca.

(A propósito de las elecciones al Bundestag del 22/septiembre/2013)
¿CONSERVADORES VERSUS SOCIALDEMÓCRATAS EN LA UNIÓN EUROPEA?

Los conservadores alemanes (Unión Cristiano Demócrata – CDU – más Unión Social Cristiana – CSU – ) han ganado las elecciones al Bundestag celebradas el pasado 22 de septiembre. Subieron del 33,8 % al 41,6 % de los votos (311 diputados), quedando a cinco escaños de la mayoría absoluta (316 escaños).

El Parido Socialdemócrata de Alemania (SPD) obtuvo el 25,7 % de los votos (192 diputados), lo que supone una ligera subida (3 puntos porcentuales contra los 8 que subió la CDU – CSU).

Dos son las opciones contemplables:

1. Que Gobierne Merkel en solitario.
2. Que se vaya a “la gran coalición” CDU/CSU – SPD. No se ignora que la suma de escaños del SPD, Die Linke (La Izquierda, bajaron 3 puntos y 12 escaños) y Los Verdes (bajan 2,3 puntos y 5 escaños) harían mayoría absoluta, pero Alemania no es Andalucía (donde la política ha sido convertida en una sumatoria cromática: rojo rosa+rojo clavel+verde limón+ … → marrón). Un portavoz del SPD ya dijo que Die Linke no reúne condiciones para gobernar en Alemania. No obstante, la prudente señora Merkel no querrá tentar al diablo, dejando “sueltos” a estos tres partidos.

La segunda opción, es decir, “la gran coalición” CDU/CSU – SPD, es la más probable.

En la Unión Europea las diferencias entre conservadores y socialdemócratas son mínimas. Mínimas en la política económica y mínimas en la política social.

En política económica, ambos partidos defienden el funcionamiento del sistema económico a través del mercado. Y ambos defienden la existencia de mecanismos de control que prevean ciertas ineficiencias, así como la corrupción.

En política social, ambos defienden la protección que brinda la seguridad social en el sentido amplio de la expresión.

¿Y en España? ¿Por qué tanta lejanía y tanto enfrentamiento? Dos explicaciones aparecen plausibles.

1. El PSOE ha aplicado una política económica con fuertes desviaciones del keynesianismo hacia el peronismo, incurriendo en gastos públicos ineficaces, ineficientes y no financiables. Al mismo tiempo, descuidó los mecanismos de control. La combinación de ambos aspectos es el terreno mejor abonado para alcanzar altas cotas de corrupción.

2. El PP aplica una política esquemática de ahorro contable, sin establecer criterios de gradación discriminada en las medidas de austeridad, lo que afecta negativamente tanto al fomento de la actividad económica (por tanto, del empleo) como a la protección social.


Habermas decía hace poco (El Mundo, 21/septiembre/2013) que “desde dentro del capitalismo está surgiendo un nuevos orden que requiere todavía una materialización política”, en lo que podríamos coincidir. Pero atribuye al candidato socialdemócrata “una mayor visión de futuro”, cosa en la que no coincidimos. La socialdemocracia alemana, que tanto contribuyó al triunfo de la socialdemocracia española, debería haberle puesto como condición a ésta el establecimiento de mecanismos de control idóneos para evitar corrupciones e ineficiencias.

martes, 17 de septiembre de 2013

(DE CÓMO SE RELACIONAN LOS COSTES DE TRANSACCIÓN Y EL DINAMISMO ECONÓMICO) [2/2] [Modesto homenaje a Ronald Coase]

Transparencia, confianza, costes de transacción y desarrollo económico
(DE CÓMO SE RELACIONAN  LOS COSTES DE TRANSACCIÓN Y EL DINAMISMO ECONÓMICO)
[2/2]
[Modesto homenaje a Ronald Coase]
COSTES DE JERARQUÍA (Oliver E. Williamson).[1]
Las empresas, las jerarquías surgen para superar los costes que supone el uso del mercado o lo que es lo mismo, los costes de transacción. Efectivamente, el convenir dentro del mercado con todos los suministradores de bienes y servicios que requiere la realización de operaciones económicas, plantea una serie de problemas de cuya solución resultan de costes significativos: a) obtener la información de dónde se encuentra el suministrador(es), b) negociar las condiciones, c) determinar las mejores condiciones, d) garantizar el precio, la calidad, la cantidad, la fecha y el lugar de entrega. Estos costes, que contablemente aparecerían difusos en varias cuentas, son los que denominamos costes de transacción.

La empresa como jerarquía nace al internalizar todas estas funciones mediante contratos estables o de mayor estabilidad (con mayor información a priori y con mayor garantía de control). La empresa resulta así, un espacio planificable dentro del mercado (opaco desde el punto de vista de la información y no planificable).

De acuerdo con ésta lógica (paralela y compatible o complementaria a la de las economías de escala por tamaño interno contiguo), los costes de transacción podrían ser reducidos ad infinitum mediante el crecimiento del tamaño de la empresa (de la jerarquía).

Ocurre, sin embargo, que el crecimiento del tamaño de una jerarquía da lugar al surgimiento de otros costes, similares a los de transacción, pero internos. Son los costes de jerarquía. Contablemente se encontrarían repartidos de forma difusa en diferentes cuentas de gasto (costes de personal, costes de materiales, costes de averías, costes de producciones defectuosas, costes de inactividad, etc.).

Así, la huida de los costes de transacción hace incurrir en costes de jerarquía. Y viceversa. Hay quien propone que la solución se encuentra en un planteamiento de tipo ecléctico: El tamaño de la jerarquía debe ser aquel en el que se igualen los costes de transacción y los costes de jerarquía.

TRANSPARENCIA - CONFIANZA

Aparece sin embargo otra solución al círculo vicioso de  costes de transacción – costes de jerarquía. [2]

Para depurar el razonamiento que sigue, debemos dejar claro, en primer lugar, que en el mercado conviven y se combinan causalidades lineales, causalidades ‘arborescentes’, causalidades probabilísticas y causalidades sistémicas, así como indeterminaciones. Y, en segundo lugar, que el contrato perfecto no existe, pues su coste y su plazo de elaboración resultan disuasorios de la operación a regular.

La existencia previa de un entorno de confianza reduce los costes de transacción sin incurrir en costes de jerarquía inhibitorios del emprendimiento y del desarrollo empresarial. El problema reside en cómo se consigue dicho entorno de confianza.

Aquí entran en juego, a mi modo de ver, tres niveles del sistema social enlazados entre sí y con el sistema económico.

UNO. El sistema de normas positivas, que incluyen el sistema jurídico y el sistema político.

DOS. Los mecanismos de control y regulación del sistema económico y de las intervenciones en el mismo. Que pueden estar contenidos en normas de muy diferente rango, pero que requieren un diseño, una instalación y un mantenimiento muy específicos. A modo de ilustración podemos citar las normas que exige la auditoría de cuentas para calificar de imagen fiel las cuentas de una empresa.

TRES. El sistema cultural. Y ello es así puesto que a las normas positivas subyacen otras normas o reglas de juego que forman parte de la cultura que viene siendo configurada en cada territorio específico. Y que incluye otros aspectos o vertientes tales que los valores y  las representaciones del mundo compartidas.

Con intención de recapitular ordenadamente diremos: 

1. Las claves del dinamismo económico (pero también del dinamismo social y cultural) se encuentran en la interacción del sistema político – jurídico, del sistema económico y del sistema cultural.

2. La transparencia se genera mediante mecanismos de control y supervisión adecuadamente diseñados, instalados, mantenidos y renovados en UNO, DOS y TRES.

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Desde el punto de vista del desarrollo local o desarrollo endógeno de un área territorial definida por rasgos comunes, otro factor de solución al círculo vicioso de  costes de transacción – costes de jerarquía que es la creación de sistemas de empresas y de sistemas de empresas vinculadas a territorio – cultura, es decir sistemas locales de empresas.

Los lazos culturales que ofrece, en una u otra medida, el territorio, abren la posibilidad descrita. Esta posibilidad se realiza en determinados casos, como en los Distritos Industriales italianos y en otros sistemas locales de empresas, referidos en la ya abundante literatura sobre el desarrollo local. En otros casos, esta posibilidad permanece abierta, aunque  sometida por estrangulamientos y bloqueos de índole compleja que impiden su despliegue. En las tesis del desarrollo local que defendemos, estos estrangulamientos y bloqueos podrían ser superados mediante el adecuado apoyo externo. Por adecuado queremos significar el respeto a ciertas restricciones para cuya exposición carecemos aquí de espacio pero que son localizables en la bibliografía facilitada.

El sistema cultural de un territorio incluye representaciones en común del mundo, instituciones, valores y saber hacer. El saber hacer junto con las formas organizativas derivadas, enlazadas o apoyadas por las instituciones, son un yacimiento de productos diferenciados y de formas organizativas diferenciadas para su obtención y puesta en valor. Estamos, pues, en presencia de un potencial de estrategias de diferenciación de producto y de flexibilidad organizativa; o, lo que viene a ser equivalente, un potencial de innovaciones capaces de impulsar a las iniciativas emprendedoras por sendas de rendimientos crecientes.

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COLOFÓN

Diremos para finalizar esta nota de manera totalmente explícita, que la vía de superación de los costes de transacción sin incurrir en tamaño de costes de jerarquía que resulte disuasorio para el dinamismo social, económico y cultural, deben diseñarse, instalarse, mantenerse y renovarse mecanismos de control y supervisión idóneos en cada caso. La hipertrofia de las jerarquías, públicas, privadas y mixtas, disuaden el dinamismo y, de forma específica, el dinamismo emprendedor, e incrementa los riesgos de opacidad recurrente (recurrencia ampliada de la burocracia y de las redes clientelares).




[1] WILLIAMSON, Oliver E.: TRANSACTION-COST ECONOMICS: THE GOVERNANCE OF CONTRACTUAL RELATIONS, Journal of Law and Economics, nº 22, pp. 233-261, 1979
WILLIAMSON, Oliver E.: LAS INSTITUCIONES ECONÓMICAS DEL CAPITALISMO, Fondo de Cultura Económica, 1989

[2] Proyecto Valle del Ese I (1986  - 1988); Seminario Valle del Ese (1987- 1996); Proyecto Valle del Ese II, Proyecto Sobrarbe y Ribagorza, Proyecto Oca - Tirón -Iniciativa Comunitaria L.E.A.D.E.R. (1995 – 1997)-; “Arquitectura y formas de financiación de las iniciativas locales de empleo” – Zaragoza - , “El desarrollo local en tiempos de globalización” – Valencia - , “Migración, cultura y desarrollo económico” –UNED, Baza, Granada - Proyecto IMPULSO(Iniciativa Leonardo da Vinci de la Comisión Europea), “Vier Thesen über interkulturellen Unternehmer unter Bedingungen des heutigem weltweiten Strukturwandeln” - “Cuatro tesis sobre la ventaja de los empresarios interculturales” (11º Bocholter Forum) - , “Sistemas locales de empresas: viabilidad individual, redes y territorio”. (Instituto de Nuevas Tecnologías, Santa Cruz de Tenerife), Proyecto de desarrollo económico del casco antiguo (Collado – Villalba, Comunidad Autónoma de Madrid) (1997 – 2004)

jueves, 12 de septiembre de 2013

Transparencia, confianza, costes de transacción y desarrollo económico (modesto homenaje a Ronald Coase)

Transparencia, confianza, costes de transacción y desarrollo económico
(DE CÓMO SE RELACIONAN  LOS COSTES DE TRANSACCIÓN Y EL DINAMISMO ECONÓMICO)
[1/2]
[Modesto homenaje a Ronald Coase]
Por la prensa me entero del fallecimiento El 02/09/2013) del economista Ronald Coase, Premio Nobel de Economía del año 1991 por su artículo “La naturaleza de la empresa”. Cité a Ronald Coase, con relación al desarrollo económico, en varias ocasiones y es a esta relación a la que me quiero referir prioritariamente en el texto que sigue (al final de la segunda y última parte reseñaré el itinerario –continuamente dificultado por las circunstancias, debo decirlo- a lo largo del cual trabé las ideas aquí expuestas).
COSTES DE TRANSACCIÓN. – Coase se plantea la cuestión de porqué existen empresas, porqué no se realizan todas las transacciones económicas directamente entre todos los agentes individuales a través del mercado. La causa, nos dice, reside en la existencia de costes de uso del mercado, de costes de transacción. Es huyendo de los costes de transacción que se crean espacios de planificación, que precisan de la correspondiente estructura organizativa explícitamente diseñada. Y que comporta, necesariamente una jerarquía, capaz de soportar una estrategia que oriente la conducta del conjunto hacia la consecución de objetivos, así como unas políticas y unas técnicas de gestión. Una jerarquía culminada por el sujeto emprendedor como condición sine qua non  (fundar y dirigir una empresa tiene componentes técnicas, pero tiene otra componente indispensable que es el empresario).
 Los costes de transacción, pertenecen a esa categoría de costes que, aún siendo decisivos en el análisis, el cálculo y la proyección económica, no se detectan contablemente a través de una cuenta o unas cuentas específicas en la Contabilidad. Pertenecen a esos costes que se entremezclan en la taxonomía usual de costes y que me atrevo a designar como costes difusos.
El comerciante es el antecesor claro del empresario y sus características y funciones esenciales continúan existiendo como características y funciones del empresario. Ambos sujetos detectan espacios de mercado con oportunidades de venta y, paralelamente, otros espacios de mercado  con oportunidades de compra. Es ahí donde nace la operación con margen suficiente para cubrir los costes de transporte, producción, envase y embalaje, etc. Y para obtener una ganancia. El comerciante realizaría operaciones aisladas o esporádicas. Cuando estas operaciones ofrecen perspectivas de recurrencia, de repetición, es cuando resulta necesario crear una estructura, una jerarquía, una empresa. La repetición de operaciones estandarizables hace más rentable operar con organización. Ésta, la organización, reduce considerablemente la reducción de los costes de transacción.
El paso de las operaciones a través de la figura del comerciante a la figura del empresario como elementos centrales en el funcionamiento del sistema económico, se produce en paralelo al tránsito del verlagssystem (continental) al factory system (de las islas). Que, a su vez, se corresponde con la revolución industrial (inglesa).
Las empresas, las jerarquías surgen para superar los costes que supone el uso del mercado o lo que es lo mismo, los costes de transacción. Efectivamente, el convenir dentro del mercado con todos los suministradores de bienes y servicios que requiere la realización de operaciones económicas, plantea una serie de problemas de cuya solución resultan costes significativos de: a) obtener la información de dónde se encuentra el suministrador(es), b) negociar las condiciones, c) determinar las mejores condiciones, d) garantizar el precio, la calidad, la cantidad, la fecha y el lugar de entrega. Estos costes, que contablemente aparecerían difusos en varias cuentas, son los que denominamos costes de transacción.

La empresa como jerarquía nace al internalizar todas estas funciones mediante contratos estables o de mayor estabilidad (con mayor información a priori y con mayor garantía de control). La empresa resulta así, un espacio planificable dentro del mercado (opaco desde el punto de vista de la información y no planificable).
(continúa)



lunes, 2 de septiembre de 2013

LA MEMORIA DEMOCRÁTICA - a propósito de unas opiniones de Gerardo Iglesias

LA MEMORIA DEMOCRÁTICA - a propósito de unas opiniones de Gerardo Iglesias

LA MEMORIA DEMOCRÁTICA

Después de 20 años de silencio y de haber abandonado tanto el PCE como Izquierda Unida, Gerardo Iglesias nos sorprende. Nos sorprende agradablemente en una entrevista en la prensa regional del día 30 de agosto de 2013. Retenemos dos de sus ideas por considerarlas positivas.

“Recuperación de la memoria democrática”, en lugar de “memoria histórica”. Una formulación cautelosa y fina, pero que yo interpreto con alcance de profundidad. Se nos ha hablado durante no menos de seis años, de manera machacona, insistente, con una neo-expresión: “memoria histórica”. La “memoria histórica” formó parte de un coro de expresiones sincréticas y pretendidamente novedosas, pero que, como diría Gustavo Bueno, son palabras carentes de concepto. Se pretende ser innovador e ingenioso mediante sincretismos, carentes de suficiente fundamento, pero no carentes de intención y de eficacia en la consecución de la misma. Decía El Estudiante en el Fausto de Goethe: “Sin embargo, toda palabra debe contener siempre una idea”. A lo que Mefistófeles contestaba: “… cuando faltan ideas hay palabras que pueden sustituirlas; con ellas puede discutirse enérgicamente, y hasta puede erigirse un sistema. Como son palabras tan fácilmente creídas, no se borraría de ellas ni una coma”.

“Recuperación de la memoria democrática”, en lugar de “memoria histórica”. La expresión “memoria histórica” pretendía pasar por encima de la memoria de la lucha contra la dictadura de Franco y de la transición, para centrar toda la atención en la Guerra Civil. Lo que combina muy bien con la ausencia del PSOE en ese largo periodo.

“¿Cómo se puede explicar el grado de descomposición del sistema político y sobre todo el grado de corrupción en este país? Hay corrupción en muchos países, pero con el grado que alcanza aquí, no”.
Cuestiones oportunas, necesarias y con las cuales coincido. Gerardo Iglesias responde a ellas de manera no cerrada diciendo: “Para mí, eso tiene mucho que ver con la forma en que se ha hecho la transición. Han permanecido los mismos hábitos, las mismas personas al frente de las mismas instituciones, de los aparatos del Estado” (…) “El olvido nos ha traído donde estamos. La impunidad nos ha traído hasta aquí. Un país donde los partidos políticos gozan de un descrédito monumental, una desafección hacia la política y los políticos, una corrupción generalizada en la mayoría de las instituciones … ¿Cómo se explica si no todo esto?”

Dejando resaltado todo lo anterior, yo le plantearía a Gerardo Iglesias, algunas cuestiones que para mí resulta forzoso contestar:

1. ¿Qué lugar ocupa la transparencia en el manejo de los asuntos públicos?
2. ¿Cómo se garantizaría dicha transparencia? ¿Sólo con la honestidad de los políticos? A modo de ejemplo ¿cómo se garantizaría la transparencia en la asignación de subvenciones del SAYPE, de la SRP, de los L.E.A.D.E.R.  o de otros fondos públicos, muchos de ellos con cofinanciación europea?
3. ¿Qué aportaciones ha hecho la llamada tradicionalmente izquierda a dicha transparencia?

4. ¿Es lícito pactar con los corruptos?