sábado, 30 de julio de 2011

MIENTRAS TANTO ...

Publico a continuación tres textos antiguos, mientras finalizo las correcciones y modificaciones de la tercera y última parte de "MEDIO SIGLO DE CAMPO ASTURIANO":

UNO de ellos, fue escrito y dado a conocer en www.amisalas.org en febrero de 2011, antes de las elecciones municipales y antes de la "fiesta del salmón" celebrada en Cornellana. Se titula "APARICIONES A ORILLAS DEL NARCEA"

OTRO escrito mucho antes, lleva la fecha en el propio texto. Se titula "NUNCA FUI A SAMARCANDA" y tiene carácter autobiográfico. También fue dado a conocer en www.amisalas.org.

EL TERCERO, "OCASO BAJO LA NIEBLA" es más antiguo aún y forma una triología junto con "LA SOLEDAD DE LAS ÚLTIMAS VACAS" y "AVISTAMIENTO DE SIMIOS EN ASTURIAS".

NUNCA FUI A SAMARCANDA

NUNCA FUI A SAMARCANDA
 – De mis memorias –
(29/12/2010)
Dormí de un tirón hasta las 3 de la madrugada. Entre los libros que hacían cola a la cabecera de mi cama, cogí Samarcanda de Amín Malouf. A las 6 me quedé dormido nuevamente cuando leía el poema:

“Nada, no saben nada, no quieren saber nada.
………………………………………………..
Si no eres de los suyos te llaman incrédulo.
Ignóralos, Jayyám, sigue tu propio camino”

Este es el texto que recita Omar Jayyám, ante el gran juez de Samarcanda, después de haber sido apaleado por el Estudiante de La Cicatriz acompañado de una banda de fanáticos, a causa de haber defendido a Jaber El Largo, discípulo preferido de Abu Alí Ibn – Sina (Avicena) de otra paliza callejera por los mismos fanáticos.

Es al día siguiente cuando entretejí estas notas. Iba con Eva, Tri y Tul en una de mis frecuentes peregrinaciones a San Bartolo, venerado junto con Juan Evangelista y el novicio Esteban en la capilla de Pende. Pueblo vecino a Lavio – capital y parte de la misma Parroquia (antiguo Concejo y Coto de Lavio). Según la Biblia, Bartolo era Natanael, aquel que exclamara, bajo la Higuera al Paso de Jesús, ¡Qué de bueno puede venir de Nazatet!

Era en 1966. Otoño. Estaba en París preparando mi partida para Leipzig, donde me esperaba el Herder Institut (Alemán y repaso en dos años de todo el Bachillerato alemán e ingreso en la Hochschule für Ökonomie zu Berlín – Karlhorst). Fue mi última actividad como representante internacional del movimiento estudiantil democrático de España: asistir a aquel Seminario internacional de estudiantes en Leningrado. La novedad no era tanto, aunque también, el carácter internacional del evento, como el hecho de que en el mismo tomaran parte uniones de estudiantes afiliadas a la Conferencia Internacional de Estudiantes (CIE, con sede en LeydenHolanda – con fama de estar penetrada por la CIA) y uniones de estudiantes afiliadas a la Unión Internacional de Estudiantes (UIE, con sede en Praga – con fama de estar dirigida por la KGB).

Ya había habido otro seminario similar en el invierno del 65 en Helsinki, pero éste tenía carácter exclusivamente europeo. La Unión National des Etudiants de France, afiliada a ambas centrales estudiantiles internacionales me cedía un despacho en sus oficinas de la rue Soufflot y se prestaba gustosa a actuar como introductora de la representación española.

En París estaban otros dirigentes del movimiento con los que consensuaba las posiciones a defender. Entre ellos estaban Joaquín Leguina, Carlos Romero y Nacho Quintana. Durante el verano se incrementaba el censo de estudiantes españoles en Paris.

Durante los años 1965 y 1966 se celebraron multitud de congresos y seminarios de estudiantes: Congreso de la UNURI italiana en Viaregio, Congreso de la UNEF en Grenoble y el ya mencionado Seminario Europeo de Helsinki. Los encuentros internacionales bilaterales eran constantes entre representaciones de estudiantes de todos los continentes, especialmente de Europa y América. Faltaba aún año y medio para mayo del 68, fecha que monopoliza hoy todas las demás fechas de esos años.

Y es en este espacio de tiempo que tuvo representación en todos estos eventos el Komsomol de la URSS. Siempre venían dos representantes, que destacaban por aparentar una edad significativamente superior a la media. También por el uso de corbata. Eran amables, sobre todo el que aparentaba más joven. Ambos ocuparon un lugar central en el desarrollo del Seminario de Leningrado.

Había representaciones de todos los continentes y de las tendencias más diversas. Todo transcurría con normalidad hasta que en una breve pausa – café nos pasan un texto muy breve (no más de una cuartilla a doble espacio a máquina). Pretendía ser un comunicado de prensa. Todos o la inmensa mayoría, dijimos que teníamos que pensarlo. Corrían tiempos en que los diferentes movimientos estudiantiles nacionales elaboraban documentos de análisis y manifiestos llamando a la acción, que, a la par que extensos pretendían ser rigurosos, asentando las bases teóricas del movimiento. Hoy puede parecer muy pretencioso, pero así eran las cosas: De manera bastante generalizada existía el convencimiento de que se habían comprendido las regularidades históricas, de que había que cambiar la situación política, social y económica del mundo y de que ello era posible.

La sesión de tarde de aquel día, se fue prolongando poco a poco, hasta que se convirtió en sesión nocturna y, poco a poco llegamos al amanecer. La cuestión fue que la lectura de la cuartilla propuesta generó un número creciente de intervenciones que efectuaban propuestas in voce, que eran redactadas con gran agilidad e incorporadas a la cuartilla original. Surgió así un extenso documento, aprobado por unanimidad que fue entregado a los representantes del Komsomol, para su reproducción y firma. Cansados, pero satisfechos, nos retiramos, ya de día, al hotel.

Y ya en Moscú, durante la comida, pasan el texto a firmar. ¡Cual no sería la sorpresa de todos cuando vimos que se trataba del texto inicial, de la cuartilla inicial …! Al día siguiente emprendíamos casi todos el viaje de regreso. Y circula la noticia de que algunos han sido invitados a quedarse una semana más para visitar Samarcanda. Todos los que no quisimos firmar la cuartilla del Komsomol no fuimos invitados a viajar a Samarcanda.

Desde entonces han cambiado mucho el contexto y las expectativas, las convicciones y las certezas, el conocimiento y la ignorancia, lo posible y lo imposible; desde entonces, se han organizado muchos viajes a Samarcanda y se han cursado muchas invitaciones para ir a Samarcanda. Algunos nunca las hemos aceptado.

APARICIONES A ORILLAS DEL NARCEA

Apariciones a orillas del Narcea (*)
(Dedicado con todo afecto mis amigos de Cornellana y su entorno)

Tempraneaba humeante la neblina a orillas del Narcea. Entre el sfumato acudía Escandina a los almacenes centrales de su explotación de kiwis, saludando a sus perros. El “raposín” lo acosaba en recurrentes giros cariñosos. En lontananza destacaban los colores chillones de la “Casa del Salmón”. Más allá, se adivinaba el cartelón anunciador del nuevo polígono industrial salense (“respetuoso con el medio ambiente”).

De pronto, transitando entre salgueiros enanos se divisa una figura inconfundible: sombrerillo, bigotillo, regordete, estatura pequeña, … El Caudillo dibujaba nítidamente su silueta contra la bruma rasante. Tras él, un pequeña cohorte. De pronto se abre el nublo reptante y se perciben con claridad sus rostros. Encabeza el grupo de compañía Tejada JR portando la caña de pescar; un paso atrás, el Alcalde de Salas conversando con Garzón, José Blanco, Zapatero y Rubalcaba. "¿¡Vendrán a la “Feria del Salmón”!? Detrás, borroso, venía un desconocido.

Escandina sintió una fuerte presión en las sienes. Hincó rodilla al suelo. “¡Era cierto! ¡Eran ciertos los rumores: había resucitado!” Sin duda, éste iba a ser un año de mucha pesca, gran cosecha de kiwis, se creará empleo neto en el 2º semestre, se finalizará la autovía a La Espina (y se iniciará el tramo a Tineo y Ponferrada y el PSOE ganará las elecciones.

Poco antes, Pepe Legazpi realizaba un slalom matinal en el cruce aspado antes de abordar el gran puente que da entrada a la Villa de Cornelius (quería coger el primer ALSA en Cornellana); a duras penas tuvo tiempo para impregnar la retina con la escena que transcurría por la orilla izquierda de la carretera. Pepe Menéndez, asomado al puente, después del paseo realizado por prescripción facultativa, no salía de su asombro, lo vio todo. Aguas arriba, bastante más tarde, Luis Arias levantó la cabeza, suspendió sus notas y pudo ver perfectamente la escena.

No sabemos si habrá crónica en La Nueva España. No sabemos si habrá reflejo plástico del acontecimiento. Pero si estamos seguros que Pepe Menéndez nos deleitará con un tango adaptado a la situación. Escandina me dijo que, si le preguntaban, el no había visto nada.

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(*) Escrito a comienzos de 2011, es decir, antes de las elecciones municipales y antes de la "fiesta del salmón" celebrada en Cornellana