domingo, 16 de octubre de 2011

GANADERÍA INTENSIVA EN ASTURIAS: ESTACIÓN TERMINAL

GANADERÍA INTENSIVA EN ASTURIAS: ESTACIÓN TERMINAL

Tal parece que Asturias haya intentado siempre situarse en el peor escenario estratégico posible. Así lo atestigua la política de desarrollo rural aplicada desde los sucesivos gobiernos regionales de manera persistente. Se optó por la monoproducción láctea con predominio claro de las ganaderías con insumos ajenos a la explotación e, incluso, ajenos al propio entorno.

Se despreció la ventaja competitiva que suponen los extensos pastos de las montañas húmedas. Recuerdo perfectamente cuando desde la Consejería de Agricultura se llevaba a los ganaderos asturianos a visitar las experiencias de Holanda, un país con escasez de territorio, de agua potable e, incluso, con escasez de agua apta para usos industriales.

Se llega, así, a una situación de incapacidad para producir la cuota láctea asignada, a un exceso de capacidad instalada para la producción de piensos y a un avance vertiginoso de la maleza vegetal sobre terrenos de prado y de pasto, llegando a cercar a los núcleos de doblamiento.

Resulta por tanto sorprendente la indignación con que se reciben las últimas orientaciones de la Política Agraria Común (PAC), que no vienen más que a subrayar las ya convertidas en viejas formulaciones del “futuro del mundo rural”.

En este caso, como en otros muchos, creo que es muy conveniente que el nuevo ejecutivo del Principado de Asturias establezca un cuadro de la situación y ponga de manifiesto con toda claridad las responsabilidades políticas que se han venido acumulando por los sucesivos gobernantes.